Acto seguido, se lo planteo a un amigo cercano que en su tiempo fue subordinado de Ernesto Cardenal en la guerrilla de Nicaragua… contestándome lo siguiente:

“Si le gustas no hay bronca, pero si no, pues hay que recordar que ella, al igual que tú, está armada y que en todos los casos maneja mejor el cuchillo que tú…”
Me queda muy claro que eso, es un inhibidor de deseo mejor que la ducha fría…
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