Tuxtla Gutiérrez, Chis., 7 de mayo (apro-cimac).- Armando tiene 12 años y nunca había salido de su comunidad, un paraje indígena tzeltal del municipio de Palenque, hasta que ingresó hace unos días a Villa Crisol, un Centro de Readaptación Social para Menores Infractores, acusado de homicidio.
Armando no sabe ni siquiera sus apellidos o no puede pronunciarlos en español, pero auxiliado por su compañero contó que lo detuvieron porque su tío lo acusa de haber empujado a su hijo a una laguna.
En una conversación con El Heraldo de Chiapas, el niño asegura que él no empujó a su primo, que mientras jugaban, éste cayó al agua y que él intentó rescatarlo, pero ya nada pudo hacer. Pero esto no pudo explicárselos a quienes lo detuvieron porque no tuvo un intérprete, mucho menos un abogado de oficio.
Su madre –el único familiar adulto que tiene-- no logró salir de su comunidad para defenderlo por falta de recursos económicos, aunque poco podría haber hecho, ya que tampoco sabe hablar español.
Según la Ley de Menores Infractores todo menor de edad indígena debe contar con el apoyo de un intérprete, en caso de no hablar el español. Pero en Villa Crisol no hay ninguno, ni siquiera de la lengua tzotzil, que es mayoritaria en el estado. En el Centro de Readaptación Social para Menores Infractores, ubicado en el municipio de Berriozabal, hay unos 60 indígenas, según cálculos de los propios internos.
En Chiapas el 9.7 por ciento de la población es monolingüe, es decir sólo hablan su propio idioma, diferente al español, según cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).
Para los indígenas monolingües es más difícil acceder a los servicios públicos de salud y educación, ya que la mayoría de éstos son prestados por personas que hablan el español, inclusive son más vulnerables a que se les violen sus derechos humanos. El monolingüismo en las comunidades indígenas está asociado con los problemas de marginación y discriminación étnica o de género.
El 24.6 por ciento de los habitantes de Chiapas hablan una lengua indígena. La mitad son mujeres.
http://www.proceso.com.mx/especial.html?nta=50386&esp=1178337835
A veces creo que Paulo Freire tenía razón… Si somos tan ineficaces para hacerlos participes de nuestra sociedad, entonces ¿por qué insistimos en adentrarlos a un mundo al que no pertenecen?
Solo al oprimido le interesa el oprimido…
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