martes, 1 de mayo de 2007

Finales tristes…

Hoy me voy a dar permiso de ser un tanto optimista…

Hace ya varios años, una conocida discutía conmigo sobre el valor de un final feliz en las novelas…

Ella argumentaba que un buen libro tenía que presentar un final realista, con tintes de crudeza. Personalmente creo que eso depende del gusto de cada persona. Estoy de acuerdo en que existen lugares comunes (a la gente le encanta Cenicienta o Romeo y Julieta) y que por lo mismo una novela puede llegar a ser tediosa y previsible. Sin embargo, ¿acaso no es verdad que un libro es hijo y padre de otro libro?

Yo entiendo que para muchas personas, un final feliz y esperanzador es un tanto soporífero, pero para personas como yo, que necesitamos de inspiración y fe diaria, este tipo de finales son una bocanada de aire fresco que alienta a nuevos sobresaltos…

Es decir… ¿Qué sería de un mundo en el que tienes que vivir y leer tragedias constantemente? Supongo que tendríamos que darle la razón a Schopenhauer cuando decía “la historia de una vida, es la historia de un sufrimiento”, y entonces ya podríamos ir pensando en formar parte de las estadísticas de mi amigo Durkheim (por que si de algo tengo certeza, es que no venimos a sufrir)…

En fin… no tenía sentido pelear con una mujer así (no tiene sentido pelear con ninguna mujer), sin embargo por alguna razón tengo presente esa conversación con aquella mujer llamada Sandra, amante de Gabrielito (recuerdo que adoraba que hubiera una relación de personajes en cada libro del colombiano). Creo que han pasado unos 7 años de aquello, y supongo que lo recuerdo, por que en ese entonces como ahora, yo sabía que no siempre es necesario tratar de explicarle algo a alguien.

Todas las personas te dejan algo, inclusive un ejemplo de cómo no debes actuar o pensar…

Y por si mi pensamiento fue poderoso, y llegó hasta ella, terminaría diciendo: “No existen finales tristes, simplemente el autor deja de contar la historia”…

2 comentarios:

RomáN dijo...

“No existen finales tristes, simplemente el autor deja de contar la historia”.
Muy bueno y tan cierto!
(aunque es muy probable que los finales tristes si sean contados y esos finales felices sean callados! -para qué contar la alegria, tal vez sea mejor vivirla y beberla!!-)

El hombre cósmico… dijo...

De acuerdo... 100% de acuerdo...