Es en contra de mi naturaleza el festejar un día como el presente, sin embargo, no puedo dejar de lado la historia detrás del nombre…
Mi madre… medico de profesión, aficionada a la lectura, fan de la serie 24, encantadoramente atraída a Kevin Costner, piloto de formula uno, nunca del tipo que hablan por hablar, más bien del tipo de las que escuchan (como pocos en el mundo)…
Es justo como decía Cortázar, en la palabra madre, hay más de lo que veo… En la palabra madre se encierran un cúmulo de recuerdos, sabiduría, compañía y consuelo…
No son cuantificables las veces que habré acudido a aquella dulce cómplice que otorgaba permiso y recursos para viajes, loqueras, y regalos dirigidos a los amores de paso…
La realidad es que mi madre siempre ha estado a mi lado, pero la capacidad para comunicarme con ella no…Yo que soy una persona neurasténica, con fuertes lapsos de depresión, y por el otro lado mi madre que es una persona bipolar controlada, lo resultante es una difícil relación…
¿Qué castigo más grande puede imponérsele a un hombre, que el de dañar a las personas que amas sin quererlo? Son esas actitudes que brotan sin ser llamadas, ese reproche de la adolescencia… ¿Por qué no mejor recordar lo bueno, y disfrutar el maravilloso presente? Un presente en el que nos encontramos bien…
Algún tiempo atrás leí que Dios, cuenta las lágrimas derramadas por las mujeres… Y yo me pregunto ¿Será que las lagrimas que han brotado de los ojos de mi madre son tantas, que ni en cien vidas me libraré del karma infligido?
Letra rozagante, cabalga hasta mi madre, pídele perdón, dile que lo siento, y cuéntale de que manera la quiero...
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