viernes, 23 de febrero de 2007

Pertenencia...

Algunas semanas atrás estuve en el cumpleaños de un amigo de la preparatoria que no veía hace mucho tiempo. Se reunieron muchos de los compañeros con los cuales salía de farra, y entre ellos algunos amigos…

Muy aparte de ponernos al tanto sobre los estudios, trabajos, bodas o embarazos, lo interesante fue que por un momento regresaron aquellas platicas sobre ¿con qué mano tomamos los hielos?... cuestión de suma importancia debido a la falta de baño en los lugares propios de nuestro esparcimiento...

El problema era en si, que nos habíamos percatado de lo antihigiénico de ir al baño y después tomar los hielos con la mano… no por que tuviéramos la mano sucia… no!… sino por que todos hacíamos lo mismo… podíamos soportar nuestra propia mano, pero diez era demasiado (además de que en ese entonces para ser sincero no confiábamos mucho los unos en los otros de la procedencia y cuidado de nuestro itinerario diario)…

Caso seguido, llegamos al supuesto o sugerencia, de que todos tomábamos los hielos con la mano izquierda, y lo necesario para ir al baño sería con la mano derecha…

En fin… el asunto es que era una época en la cual me sentía un tanto obnubilado, que no significa que ya no me sienta de esa manera, sin embargo estando ahí rodeado de mi pasado, me sentí en plena soledad…

No pienso que mi sentido de soledad sea por que muchos de mis compañeros seguían cuestionándose sobre la moralidad de usar la misma mano para ir al baño y para tomar los hielos… no por que ya no tuviera la misma agilidad para saltar al compás de mano negra, decadentes, o fabulosos… sino por que me falto el sentido de pertenencia. No me refiero a que sienta que mi andar es más pronunciado que el de aquellos camaradas de tren, tampoco quiero vaticinar lo que nos depara el futuro (en este plano supongo que solo podemos hacer nuestro mejor esfuerzo, confiar y esperar ). Lo que es cierto es que en lo accidentado de la carretera, yo tomé otro rumbo (si es bueno, malo, peor o mejor es otro asunto).

Lo importante aquí es darme cuenta que el tiempo perceptible no para, y que tal vez siempre tendré buenos recuerdos de aquellos tiempos de borrasca, más sin embargo ya no les pertenezco…

No hay comentarios.: