Cuenta el Chaman, que entre los tiempos de "Divino tesoro", hubo una temporada en la cual se encontraba estudiando en la escuela militarizada, donde era una cosa consuetudinaria el que los pusieran a marchar en eventos, o simplemente hacer valla y apoyar al staff del evento…
El asunto era que el calor era infernal y el uniforme invernal, entonces no resultaba ser agradable el dicho trabajo, sin embargo al final de la jornada le daban una paleta de limón a cada cadete…
En palabras del propio Chaman, “era una chinga estar haciendo esos trabajos al mero sol, y todos sufrían mucho cuando les avisaban de algún evento próximo… todos menos uno…” ¿Qué tenía de diferente este cadete? Sencillo, el cadete tenia una frase que lo inmortalizo al grado que estoy escribiendo sobre el…
Repito… siempre que llamaban a los cadetes para algún evento, les regalaban una paleta al final de la jornada, y lo que hace especial a este cadete de los demás, es que mientras la mayoría dejaba fluir su frustración por el calor que pasarían, el cadete solía decir:
“Bien, ¡ya chingamos paleta!”
Puse la palabra “Paleta” en el buscador… y se me apareció ésta “Paleta”… y la verdad, se me antojó más…
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