“Solamente soy un bebe en el arenero… con el pañal lleno de sueños…”
Los Rugrats, vacaciones salvajes…
Hoy llamó la madre de mi padre…
Me notó triste al decir “Alo”… y sin preguntar nada… me contó la historia de un niño que sentado junto a ella, le contaba historias fascinantes sobre hadas y duendes… príncipes salvando princesas… gigantes queriendo ser invisibles y reinos donde las lagrimas son tesoros… “El llorar era un placer olvidado”, decía el pequeño autor…
También me contó sobre aquel niño que pasaba horas junto a la ventana… y cuando ella se acercaba para preguntar el por qué de lo atónito de su mirar… el niño se resumía a decir: “las nubes son bellas”
“Siempre tuviste esa mirada hijito” me dijo la madre de mi padre…
“Siempre tuviste palabras lindas para describir tu mundo” volvió a decir…
“Tal vez es hora de que las palabras lindas que describen a tu mundo, te las susurres al oído” dijo una voz en mi interior…
“La vida es bella hijito” volvió a decir la madre sacrosanta… Y tengo que decir que una frase tan pronunciada como esa, resuena diferente en las cuerdas vocales de aquellos que lo dicen sinceramente…
¿El destino de cada pregunta es ser respondida?
Enormes vicisitudes se plantan asequibles en mis ojos portadores de colores inefables…
No entiendo o no recuerdo el ¿por qué?
No se cómo responder los ¿Por qué?
¿Por qué la vida?… ¿Por qué ser?… ¿Por qué soy?... ¿Por qué no?... ¿Por qué si?
Otra cosa es preguntarse el ¿Cómo?...
Pregúntame ¿cómo?…
Y te diré que con dolor… vivir duele… Pero por Dios… por mi dolor… por lo que me ha costado… no vale la pena ver el espejo retrovisor…
“Si no eres de aquí y estás… es por qué estás por algo…” dice Fernando…
Enormes vicisitudes se plantan asequibles en mis ojos portadores de colores inefables…
No se por qué estoy…
Pero si les puedo contar cómo…
A veces el jugar un “Gambito” se vuelve cosa de todos los días…
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