Crónicas de amor…

Para este tipo de post, me gustaría que existiera una grabadora de recuerdos alterna al cerebro… así cada link, cada divagar, cada suspiro en el caminar, sería dignamente relatado en mi bitácora…

Ahora creo que mi titulo debería ser “El amor cortés”, ya que es el único tema que abordare por el momento sobre mis experiencias en Polanco…

En fin… el asunto es... que si sales del hotel “X” con tu disfraz de gente decente (zapatos lustrados y traje gris), es fácil confundir a la gente que no sabe ver…

Caminas… no muestras miedo ni afán de sobresalir, el mundo te parece un lugar inhóspito a tus ideas…y de repente aquellos ojos azules que conducen un carruaje modelo “Audi”, dejarán de ver al frente, para otorgarte su permiso a cortejar a la dueña de dicho carruaje…

Te preguntas...¿Qué buscan esos ojos?
Simple… alguien que le de la oportunidad de incrementar el linaje de su caballo a una versión “Meche”…

¡Dios mío! Ojos azules… no te confundas… ve al vagabundo dentro del traje; si quieres lograr tus objetivos, en verdad tendrás que mejorar tu vista… yo bien podría darte ese “Meche” pero no quiero… no a ti…

Con un vagabundo lo único que tendrás será un amor cortés… donde arrojarás tu pañuelo blanco al pasar mi pradera… y yo seguro lo tomaré para darle cabida a la secreción de mi nariz…
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Todo eso lo pensé al momento de sentir esa fría mirada azul…

5 minutos después… pensé: ¡Pero qué tonto soy! Bien puedo hacerme pasar por un príncipe heredero hoy… El amor cortes seguro que nunca fue el cuentito aquel de mujeres inmaculadas, donde el plebeyo moría de ansias junto a un pañuelo… Ja, el amor cortés, seguro también se consumaba…

Se que sería una mentira… pero tal vez puede ser una mentira muy bien vivida… ¿NO?
Nahhhh!!!El pañuelo moquiento sería lo único que le podría dar…