sábado, 1 de diciembre de 2007

Navidad llegó…

Aún no entrábamos a diciembre y ya veía en todas las casas los árboles de navidad… (Yo nunca pongo)… en verdad me agrada que la gente genere un sentimiento de esperanza… sin embargo desearía que todo ese sentimiento también se plasmara el resto del año.

En lo personal, son muchas las navidades que he pasado solo… sin embargo tengo buenos recuerdos de las navidades de mi niñez y de una que otra navidad desperdigada donde amigos me invitaban a pasar un rato agradable con sus familias.

Noviembre fue un mes con turbulencia (la vida es un momento en turbulencia) y no me quejo. No comulgo con Schopenhauer cuando dice que la vida es un eterno sufrimiento… al contrario los constantes alaridos de dolor y alegría son el sortear andante de una conciencia inspirada y afable en busca de un porvenir que es ahora…

También están los que tuvieron muchas perdidas en Navidad… pero es precisamente este hecho el que me da un poco de fe en la humanidad, que dicho sea de paso es el animal que menos aprecio de todos…

El asunto está así: Está es la historia de una de mis amigas del pasado…

Era un 12 de diciembre y mi amiga se encontraba en Canadá, pidiendo a la virgen por su familia, ya que era una costumbre para ella pedir y dar gracias el día de la virgen de Guadalupe, por que ella misma había sido bendecida (Según sus padres) al nacer después de un difícil parto.

La cosa es, que mientras ella pedía por su familia y daba las gracias por todas las bendiciones recibidas, la casa de sus papas se incendiaba…

Las luces de navidad habían hecho un corto circuito y el árbol se había arropado en fuego casi tan rápido como toda la alfombra del primer piso.

Cuando los papas de mi amiga se dieron cuenta del inminente peligro, encerraron a los hermanos de Adriana en el baño de arriba; mientras ellos buscaban la llave que abría la reja de la ventana de dicho baño.

Los padres de mi amiga cayeron inconcientes por el humo…

Para cuando los bomberos lograron socavar el fuego y entrar por las victimas, los únicos que seguían vivos eran los papas de mi amiga.

La primera vez que mi amiga me contó esto… terminó diciendo…

“Al principio retaba a Dios y a la Virgen... cómo era posible que el mismo día que yo le había ido a pedir por mi familia, que la cuidara y que no los desamparara, precisamente ese día me los quitó. Sin embargo ahora pienso diferente… mis hermanos pudieron haber sufrido mucho al morir, y quiero pensar que no fue así, y que en verdad la Virgen escuchó mis plegarias… Los cuidó, y no tengo como agradecerle eso…”

Ese pensamiento para mi, vale ésta vida… El que alguien pueda llegar a entender, a superar el dolor, el egoísmo de no tener a alguien querido… y pensar que las cosas son perfectas tal como son… En verdad me hace sentirme orgulloso de ser parte de la humanidad…

Miranda/Navidad llegó

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