Hace ya algunos meses, me encontraba en un paraje público y concurrido, cuando veo venir una mujer más que aceptablemente atractiva, buena postura y de buena vestimenta. Cuando llegó hasta mi, me pidió prestado un bolígrafo… acto seguido comenzaría el tango…
Ella empezó a comentar sobre su vida, lo que hacia en el lugar y a que se dedicaba. Todo marchaba bien, hasta que comentó su profesión y trabajo… eran exactamente los mismos que tenía una amiga pasada, empecé a darme cuenta de las similitudes y termine por despedirme lo más rápido posible…
Me sentí realmente decepcionado, ¿quién será el que juega conmigo? mi rítmico corazón que busca antiguas cualidades en puertos nuevos, o en verdad alguien en el cielo se burla de las penas ajenas…
Es un tanto triste cómo insistimos en ver mascaras en caras nuevas... Y cómo nuestro rítmico corazón sigue bailando al mismo son de esas mascaras…
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