lunes, 21 de julio de 2008

El cieguito…

Me encuentro en casa de los padres de mi madre y de repente me encuentro en un lugar común de mi vida… me refiero a la melancolía…

En el modular sonaba uno de los discos del padre de mi madre… un tal Gardel cantaba una canción que me llenó de agua salada la cuenca de mis ventanas…

Carlos Gardel : La Cieguita
A pesar del mucho tiempo
desde entonces transcurrido,
aún mi pecho conmovido
se recuerda con dolor
de aquel día que, en paseo,
vino a un banco una cieguita
y a su lado una viejita
que era su guía y su amor.
Y observé que la chiquita
de ojos grandes y vacíos
escuchaba el griterío
de otras nenas al saltar,
y la oí que amargamente
en un son que era de queja
preguntábale a la vieja:
¿Por qué yo no he de jugar?
Y a punto fijo no sé
si el dolor que sentí
fue escuchando la voz de la nena.
O fue que cuando miré
a su vieja advertí
que lloraba en silencio su pena.
¡Ay, cieguita!,
dije yo con gran pesar,
ven conmigo, pobrecita,
le di un beso y la cieguita
tuvo ya con quien jugar.
Y fue así que diariamente
al llegar con su viejita
me buscaba la cieguita
con tantísimo interés.
¡Qué feliz era la pobre
cuando junto a mi llegaba
y con sus mimos lograba
que jugásemos los tres!...
Pero un día, bien me acuerdo,
no fue más que la viejita
que me dijo: La cieguita
está a punto de expirar...
Fuí corriendo hasta su cuna,
la cieguita se moría,
y al morirse me decía:
¿Con quén vas ahora a jugar?
Y a punto fijo no sé
si el dolor que sentí
fue escuchando el adiós de la nena.
O fue que cuando miré
a su vieja advertí
que lloraba en silencio su pena.
¿Ay, cieguita!,
yo no te podré olvidar;
pues me acuerdo de mi hijita
que también era cieguita
y no podía jugar...


Al parecer mi cara expreso mi sentir al escuchar nuevamente ésta canción, y los hermanos de mi madre hicieron notar que esa era la canción por la cual el llanto en mi cara se hacía presente…

Tenía alrededor de cinco años en ese entonces…

¿Qué quiere decir?

Siempre he sido melancólico… y soy emocional antes que cualquier cosa… y ningún suceso, circunstancia fue el detonante o causante de dicha situación…

Por lo tanto… ya no tengo a nadie y nada a que echarle la culpa sobre mi estado de melancolía o depresión constante…

Aterrador… es un poco atemorizante el saberme sin excusas para no hacer las cosas… cosas que he postergado, al grado de estar en el limbo de mi vida…

Es difícil aceptar que todo lo que me falta por hacer es por miedo…

¿Cuál es el remedio al miedo?
Simple… Hay que hacer lo que te da miedo… Es decir, si lo que te da miedo es el agua… hay que aventarte al agua para darte cuenta que no te vas a ahogar… y el problema es que por lo regular tenemos a alguien que nos aviente al agua ante la falta de decisión… Aquí, yo tengo que ser el que decida aventarme…

Miedo… simplemente la causa por la cual no terminé mis clases de piano, nunca me decidí aprender el saxofón, nunca he aprendido francés… nunca he viajado más allá de lo que los libros cuentan…

Miedo… es también la razón por la cual te perdí…



Tengo que hacer, lo que mi miedo no espera que haga… tengo que aventarme al agua…

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