Tenía dos post, uno sobre la oscuridad que hay en todos… sobre la oscuridad que hay dentro de mi… sobre como me cuesta trabajo no responder siempre… sobre como me tengo que tragar palabras que harían sufrir de ser expulsadas imprudentemente…
Esas tardes, como cuando alguien me argumenta que ni nosotros mismos nos llegaremos a conocer nunca… esas tardes y palabras que me aclaran el alcance y visualización de los ojos portadores de límites… Tal vez bastaría con decir que en las situaciones donde somos requeridos y llevados a una situación de no retorno y riesgo, es donde expiamos nuestro límite verdadero… Es correr la maratón y toparse con el “síndrome de la pared”… y para cada corredor el límite de la pared es diferente…
Aprendí a la mala que a nadie le gustan los tipos que intentan responder a todo… a nadie le gustan los tipos que no van con la corriente… al contrarío… te empujan y te gritan: “¡la fila se esta moviendo!, ¿qué no ves?” tienen que moverse en dirección de la fila… no importa si no saben hacia donde van…
La gente que genera incertidumbre debería ser nombrada delincuente y ser recluida… así las manadas tendrían su campo para pastar supongo…
El segundo abordaba el tema de los “besos en falso” esos que le doy a mi lunes, martes, miércoles etc… esos que ya no recupero, esos que abarato y que astillan mi corteza… esos que me disminuyen por la simple razón de ir en contra de mi verdadero deseo… esos que me dejen un sabor detergente el instante inmediato en que el estrógeno abandona los 5 metros a mi redonda…
¿A qué parte de mi ego le pido perdón por ir en mi contra?
En fin… Mejor me disipo buscando lo que se que no hay en la tele… inspiración…
Oh sorpresa… están pasando “You’ve got mail” y paso de pensar en lo maravillosa que se ve “Meg Ryan”, porque tengo que decir que después de mi Winona, Meg es la mujer por la cual hasta intentaría ser un hombre de bien…
No importa… el asunto es que intento seguir un buen dicho: “Personifica el cambio que quieres ver en el mundo”
Y tengo que decir que para eso, tengo que ser en suma positivo…
Pero… ¿Cómo hablar de cosas positivas? Si la cotidianidad mundial es tan gris que a veces me pregunto cuando fue la última vez que probé un rojo intenso…
La respuesta es acordarme de mis ideas felices… y ésta película en especial, me recuerda la mejor de ellas…
“Tienes un e-mail” palabras poderosas… ¡si lo sabré yo! Estar enamorado… Aún creo esas palabras que me dijo mi padre: “El amor es aquello que mueve al mundo”
Si bien, el enamoramiento es el mejor maquillaje del mundo, y es una decisión más que un sentimiento, también podemos decir que estar enamorado, es la mejor decisión que podemos tomar en la vida… “deberíamos vivir siempre enamorados, y por eso nunca deberíamos casarnos” dice Oscar Wild… tal vez tenga razón…
Y gracias a que conocí a mi Meg Ryan… espero vivir enamorado el resto de mi vida… No importa si mi tacto estrechó su mano un segundo, dos, un minuto, horas, días, meses y nada más… Lo importante es lo que aprendí…
La vida es una película… El sueño de una persona a tu lado no es tan absurdo después de todo…
Y que este mundo es tan maravilloso que hasta puedo verme protagonizando una película junto a Meg Ryan…
Y cada vez que recuerdo mi película… recuerdo que la vida en verdad es un sueño… un maravilloso sueño lucido del cual un día despertaremos…
Ya saben... tengo el pañal lleno de sueños...
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