Desde niño… muy niño… me encontraba en los tempestivos 4 años, los trayectos eran largos en la ciudad y por lo regular el día me agotaba al punto que caía dormido en la parte trasera de aquel topaz plata, que engalanaba mi trayecto antes de llegar a casa... entonces nació el miedo… recordé la pregunta ¿Qué pasa cuando duermo? ¿Dejo de respirar? ¿A dónde voy cuando duermo?, me negaba a cerrar mis ojos… Me negaba a caer dormido…
Mi madre intentaría tranquilizarme respondiendo acorde a su espíritu medico… Pero desde entonces esa pregunta rondaría mi itinerario diario, en forma de insatisfacción, en forma de inadaptabilidad, en forma de soledad…
Ya tengo una mejor respuesta… soy una anomalía…
2 comentarios:
sospecho que la misma pregunta me la hacía yo también (y -lo peor- aún me la sigo haciendo).
Por eso he pensando que despertar es renacer de una muerte cotidiana...
Saludos!
A veces no hay respusta a la pregunta...
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